Una hermosa sonrisa, como defensa, es el escudo perfecto contra las lenguas mal intencionadas. Deslumbra a quien se acerca. Seduce, atrae, distrae miradas, desvía preguntas y disipa dudas si las hubiera. Se percata de sospechas infundadas y las aclara sin llegar a las palabras. De ese modo, tal pensamiento, si es que lo hubo, esSigue leyendo «La Mejor De Tus Sonrisas»